Hago un alto en el camino para referirme al título de mi Blog: EL ARTE DE VIVIR, PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO MEJOR, pues definitivamente cada día que avanzo en el camino de la vida me doy cuenta que "vivir es un arte", pues el oficio de vivir es difícil, como lo afirma Ernesto Sábato, donde cada persona la vive según sus convicciones.
Comenzaré diciendo que VI-DA es una palabra compuesta por dos partes y cada una de ellas encierra acción, movimiento, como son VI pasado de la acción ver y DA presente de la acción DAR, de ello se deduce que la vida desde su concepción conceptual significa acción, movimiento, por lo tanto, todo cuanto se mueve, todo cuanto respira, todo cuanto actúa encierra el principio de la vida. Por lo tanto, podemos hacer la ecuación de la vida así: VIDA=ACCIÓN.
La fuerza que impulsa a la vida está intrínsecamente en cada uno de nosotros, que somos también la vida misma y por consiguiente, somos la fuerza impulsora de toda acción. Nuestra vida interior es el poder más grande que Dios nos ha dado y está llena de amor, de paz, de sabiduría, de iluminación y dotada de todo el poder para crear nuestro propio mundo lleno de todas las cosas buenas y bellas que nuestro Padre Celestial nos ha regalado anticipadamente con amor.
Una de las maneras como podemos comenzar desarrollando nuestra vida interior es auto-evaluándonos, es decir, conociéndonos a nosotros mismos y haciendo las correcciones que consideremos debemos hacer. Ya nos lo decía el gran sabio filósofo Sócrates, cuando nos invitaba a revisarnos internamente con profundidad y poder ver el alma limpia y pura que todos tenemos. Nuestro verdadero tesoro es nuestra vida interior, no busquemos los tesoros fuera, porque éstos son fatuos, fútiles y efímeros; busquemos en nuestra vida interior y hallaremos los tesoros que nos darán la felicidad y la riqueza que nada ni nadie nos podrá arrebatar.
Observemos de cerca nuestros sentimientos y pensamientos, pues nuestras acciones son el resultado de ambas; cuando actuamos simplemente estamos poniendo en acción lo que pensamos y lo que sentimos. Por lo tanto, nuestra vida interior está formada por lo que pensamos, sentimos, hablamos y actuamos; debemos prestar atención a lo que afirmamos o decimos, bien lo dijo el Maestro Jesús: "no es lo que entra por la boca lo que daña, sino lo que sale, porque del corazón proviene".
Procuremos que nuestras palabras sean amorosas, sinceras y nuestro acento suave. Muchas de nuestras enfermedades se deben a la energía divina mal usada en pensamientos, sentimientos, palabras y acciones, pues a menudo no hacemos buen uso del libre albedrío, y solamente necesitamos de cordura espiritual, vestida de aceptación y tolerancia, y así, emergerá de nuestros corazones la paz, la fraternidad, la verdad, la solidaridad, la honestidad, entre otros.
No es tan fácil poner en práctica estos conceptos pero conociendo las implicaciones que tiene el "no vivir en armonía consigo mismo y con el universo", es prioridad retomar y responsabilizarnos de nuestra vida y hacer con ella como hace el ingeniero con la construcción deteriorada y caduca, que la derrumba y luego construye una nueva, moderna y bella, es decir, hace una OBRA de ARTE. Así derrumbamos nuestra vida interior, llevada y guiada por los errores mundanos y construimos una nueva vida interior limpia, renovada y perfecta. No veamos esto como un imposible, pues nos han enseñado que somos imperfectos, pero definitivamente esto lo podemos cambiar y así lograr la perfección que es el ingrediente vital de nuestra creación.
Sigamos buscando dentro de nuestros corazones, pues nuestro Creador nos ha dado las herramientas para encontrar el añorado "tesoro perdido": nuestra perfecta vida interior para construir así un mundo mejor.
Comparto otras frases para la reflexión e interiorización.
Veamos este interesante vídeo y los invito a reflexionar e interiorizar en el mensaje que nos deja.
La fuerza que impulsa a la vida está intrínsecamente en cada uno de nosotros, que somos también la vida misma y por consiguiente, somos la fuerza impulsora de toda acción. Nuestra vida interior es el poder más grande que Dios nos ha dado y está llena de amor, de paz, de sabiduría, de iluminación y dotada de todo el poder para crear nuestro propio mundo lleno de todas las cosas buenas y bellas que nuestro Padre Celestial nos ha regalado anticipadamente con amor.
Una de las maneras como podemos comenzar desarrollando nuestra vida interior es auto-evaluándonos, es decir, conociéndonos a nosotros mismos y haciendo las correcciones que consideremos debemos hacer. Ya nos lo decía el gran sabio filósofo Sócrates, cuando nos invitaba a revisarnos internamente con profundidad y poder ver el alma limpia y pura que todos tenemos. Nuestro verdadero tesoro es nuestra vida interior, no busquemos los tesoros fuera, porque éstos son fatuos, fútiles y efímeros; busquemos en nuestra vida interior y hallaremos los tesoros que nos darán la felicidad y la riqueza que nada ni nadie nos podrá arrebatar.
Observemos de cerca nuestros sentimientos y pensamientos, pues nuestras acciones son el resultado de ambas; cuando actuamos simplemente estamos poniendo en acción lo que pensamos y lo que sentimos. Por lo tanto, nuestra vida interior está formada por lo que pensamos, sentimos, hablamos y actuamos; debemos prestar atención a lo que afirmamos o decimos, bien lo dijo el Maestro Jesús: "no es lo que entra por la boca lo que daña, sino lo que sale, porque del corazón proviene".
Procuremos que nuestras palabras sean amorosas, sinceras y nuestro acento suave. Muchas de nuestras enfermedades se deben a la energía divina mal usada en pensamientos, sentimientos, palabras y acciones, pues a menudo no hacemos buen uso del libre albedrío, y solamente necesitamos de cordura espiritual, vestida de aceptación y tolerancia, y así, emergerá de nuestros corazones la paz, la fraternidad, la verdad, la solidaridad, la honestidad, entre otros.
No es tan fácil poner en práctica estos conceptos pero conociendo las implicaciones que tiene el "no vivir en armonía consigo mismo y con el universo", es prioridad retomar y responsabilizarnos de nuestra vida y hacer con ella como hace el ingeniero con la construcción deteriorada y caduca, que la derrumba y luego construye una nueva, moderna y bella, es decir, hace una OBRA de ARTE. Así derrumbamos nuestra vida interior, llevada y guiada por los errores mundanos y construimos una nueva vida interior limpia, renovada y perfecta. No veamos esto como un imposible, pues nos han enseñado que somos imperfectos, pero definitivamente esto lo podemos cambiar y así lograr la perfección que es el ingrediente vital de nuestra creación.
Sigamos buscando dentro de nuestros corazones, pues nuestro Creador nos ha dado las herramientas para encontrar el añorado "tesoro perdido": nuestra perfecta vida interior para construir así un mundo mejor.
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